Ayer el Papa Francisco volvía a sorprender con una reforma por la que quedaba aprobado que los sacerdotes puedan absolver libremente en casos de aborto, sin que tengan que disponer antes de autorización de un obispo o del propio pontífice, como ocurría hasta ahora.
«Así lo dio a conocer el Papa en la carta apostólica Misericordia et misera, de conclusión del Jubileo extraordinario que finalizó este domingo. En dicho documento, de 21 páginas, Francisco da indicaciones detalladas sobre el camino a seguir para que los católicos se mantengan en la senda de la misericordia, la reconciliación y el perdón«, escribía ayer Mònica Bernabé en su artículo para El Mundo.
No faltó la polémica en redes sociales y los comentarios de todo tipo, pero parece que la medida no ha sentado demasiado mal, como desvela una encuesta tuitera de un diario online en su propio país de origen:
¿Estas de acuerdo con la decisión del Papa de perdonar indefinidamente el pecado del aborto? pic.twitter.com/2UL5yod8cp
— MDZ online (@mdzonline) November 21, 2016
En el documento de conclusión del Jubileo, Francisco también destacó el papel de la familia en la sociedad, pero reconociendo que los tiempos han cambiado y que la familia de hoy en día no es siempre el modelo de familia tradicional. «Este Año jubilar nos ha de ayudar a reconocer la complejidad de la realidad familiar actual», declara.
Estas declaraciones y reformas llegan tras otras muchas que, desde que fue elegido pontífice de la Iglesia católica el 13 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer Papa latinoamericano y jesuita, han roto moldes y sorprendido a muchos.
Según ABC: «desde el inicio de su Pontificado, el Papa ha marcado su estilo y dejado claro que no le gusta usar coche oficial y que no va a vivir en los aposentos del Palacio Apostólico, sino en una de las habitaciones de la de la Casa Santa Marta, mucho más austera. Ya en su primer encuentro con periodistas marcó con claridad cuáles eran sus expectativas para la Iglesia católica: «Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres»».
«Un Estado debe ser laico. Los estados confesionales terminan mal. Esto va contra la Historia», subrayó el Papa
Una de sus declaraciones políticamente más relevantes, se daba el pasado mes de mayo cuando, en una entrevista con el diario francés La Croix, arremetía contra la confesionalidad del Estado y reclamaba una «sana laicidad» acompañada de «una sólida ley que garantice la libertad religiosa«.
«Un Estado debe ser laico. Los estados confesionales terminan mal. Esto va contra la Historia», subrayó el Papa al diario católico francés. Preguntado por el modelo francés, Bergoglio apuntó que «cada uno debe tener la libertad de expresar su propia fe, y si una mujer musulmana quiere llevar el velo, debe poder llevarlo. De la misma manera que si un católico quiere ponerse una cruz».
Sobre esta entrevista en La Croix, escribía Jesús Bastante para El Diario:
«Para el Papa, «las personas deben ser libres de profesar su fe en el corazón de sus propias culturas y no en los márgenes». Pese a todo, Francisco matiza y dirige una «modesta crítica» a Francia, a la que acusa de «exagerar con el laicismo», lo que «lleva a considerar las religiones como subculturas en lugar de culturas a título pleno y con sus derechos. Temo que este enfoque, un comprensible patrimonio de la Ilustración, sigue existiendo. Francia necesita dar un paso hacia adelante sobre este tema para aceptar el hecho de que la apertura a la trascendencia es un derecho para todos».
En la entrevista, el Papa defiende la autonomía de los estados para establecer las leyes que considere oportunas, pero también la libertad de los creyentes de hacer objeción de conciencia. «El Parlamento es el que debe discutir, argumentar, explicar, dar razones. Es así como crece una sociedad. Sin embargo, una vez que la ley ha sido aprobada, el Estado también debe respetar las conciencias. El derecho a la objeción de conciencia debe ser reconocido dentro de la estructura jurídica, porque es un derecho humano. También para un funcionario público, que es una persona humana»».
También durante su visita a Río el pasado mes de julio, el Pontífice insistía sobre la necesidad de un estado laico, tal y como recogía Pablo Ordaz en su artículo para El País:
«Durante un encuentro con la clase dirigente de Brasil, Jorge Mario Bergoglio reivindicó el “sentido ético” y el “diálogo constructivo” como herramientas principales de la política: «Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: diálogo, diálogo y diálogo». Después de insistir en la “responsabilidad social” de los gobernantes, el jefe de la Iglesia católica sorprendió al defender con nitidez el Estado laico: «La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad»».
Después de insistir en la “responsabilidad social” de los gobernantes, el jefe de la Iglesia católica sorprendió al defender con nitidez el Estado laico.
Francisco no parece tener problema en contestar preguntas sobre asuntos complejos y, en gran medida, políticos. Al ser interrogado por el drama de los refugiados en Europa, respondía: «la pregunta de fondo es por qué hay tantos migrantes ahora. Los problemas iniciales son las guerras en el Medio Oriente y en África, y el subdesarrollo del continente africano, que provoca el hambre. Si hay guerras es porque hay fabricantes de armas. Si existe todo este desempleo, no es por falta de inversiones capaces de llevar el trabajo que África tanto necesita».
«La peor forma de acogida es la guetización. Al contrario, es necesario integrarlos. En Bruselas, los terroristas eran belgas, hijos de inmigrantes, pero que crecieron en un gueto. En Londres, el nuevo alcalde (Sadiq Khan, hijo de musulmanes paquistaníes, ndr.) prestó juramento en una catedral y seguramente se reunirá con la reina. Esto demuestra la necesidad de que Europa vuelva a descubrir su capacidad de integrar», concluía el Pontífice.
Cabe pues preguntarse, sea uno ateo, agnóstico o creyente, ante un tema que lleva en el aire tanto tiempo como la laicidad del Estado, si la Iglesia no se está modernizando a un ritmo mayor que los propios partidos políticos.
Fuentes:
El Mundo: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/11/21/5832d55122601dee188b45c9.html
El Diario: http://www.eldiario.es/sociedad/Francisco-laico-confesionales-terminan-Historia_0_516899027.html
El País: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/27/actualidad/1374948221_344203.html
Redacción: Rocío Santos / Imagen: David Fernández
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