Cabe pues preguntarse, sea uno ateo, agnóstico o creyente, ante un tema que lleva en el aire tanto tiempo como la laicidad del Estado, si la Iglesia no se está modernizando a un ritmo mayor que los propios partidos políticos.

Cabe pues preguntarse, sea uno ateo, agnóstico o creyente, ante un tema que lleva en el aire tanto tiempo como la laicidad del Estado, si la Iglesia no se está modernizando a un ritmo mayor que los propios partidos políticos.